lundi 26 avril 2010

Desde aquel instante algo estuvo removiéndose en mi interior: yo no era yo, en el sentido de mi consciencia habitual de mí mismo. O, para ser mas exacto, no estaba solo, sino acompañado de alguien a quien buscaba dentro de mí y no lograba encontrar.
Existía, seguí con mi vida de costumbre, y sin embargo me inhibía de entregarme a ella por completo; algo alteraba mi conciencia normal (una imagen con unos tacones, una gabardina y una máquina de escribir colgando de mi mano se me aparecía). Parecía partido en dos. Aunque mirara a cualquier cosa que llamase mi atención no la veía en todos su sentido, sino sólo en términos vagos, sin poder penetrar a fondo en ella. Pensaba, pero mis pensamientos no llegaban a completarse; oía, pero no escuchaba; olía las cosas, pero solo parcialmente. La mitad de mi energía y de mi capacidad humana habían desaparecido en cierto modo y esta pérdida minaba mi fortaleza, mi potencia y mi atención. No terminaba nada de lo empezado. Tenía la impresión de que me era necesario llevar a cabo algo de enorme importancia, pero inmediatamente mi conciencia parecía recubierta por una nube. Dejé de comprender cuál debía ser el paso siguiente, estaba distraído y enajenado.¡era un estado fatigoso e insoportable! Nunca me abandonó durante los tres días, y en el transcurso de ese tiempo la pregunta de qué personaje representaría seguía sin respuesta.

Aucun commentaire:

Enregistrer un commentaire